lunes, 25 de mayo de 2015

Gentes de mi tiempo y de mi tierra. Teresa de Jesús Jornet


 GENTES DE MI TIEMPO Y DE MI TIERRA

TERESA DE JESÚS JORNET


  Teresa de Jesús Jornet Ibars nace en Aytona, provincia de Lérida. Murió el 26 de agosto de 1896, cuando contaba solamente cincuenta y cuatro años.

  Fundadora del Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, crea y preside la primera comunidad, compuesta por doce jóvenes, en la ciudad de Barbastro, en junio de 1872. Diez años después, la Congregación tenía treinta y tres casas diseminadas por toda la geografía española.

  En 1885, las Hermanitas cruzan el océano y se instalan en Cuba. En 1892 pasan de cien las casas fundadas en nuestro país y en América Latina. Cuando muere Teresa de Jesús, el Instituto tiene doscientas cinco comunidades. En la actualidad, más de tres mil hermanitas viven en 314 casas, donde cuidan a 25.680 ancianos.

  Si la difusión de la obra fue asombrosamente rápida, el itinerario de Teresa de Jesús a la gloria de los altares ha sido excepcionalmente corto. En 1945 se inicia el proceso de beatificación. Trece años más tarde, Pío XII la declara “beata”. A esta ceremonia asistieron 600 religiosas y 100 ancianos de todas las partes del mundo.

  Hoy, Pablo VI, al que acompañará casi la totalidad del episcopado español, la declarará santa.

   Cuando escribo estas líneas desconozco el “elogio” que el Papa pronunciará hoy en la ceremonia vaticana. Pero recuerdo con gozo las palabras que dijo en 1968 Pío XII, él mismo venerable anciano, en el transcurso de la beatificación. Fueron éstas:
  “Alma grande y, al mismo tiempo, humanamente afable y sencilla como su homónima, la insigne reformadora abulense; humilde hasta ignorarse a sí misma, pero capaz de imponer su personalidad y llevar a cabo una obra urgente; enferma de cuerpo, pero robusta de espíritu con fortaleza admirable, “monja andariega” ella también, pero siempre estrechamente unida a su Señor; con gran dominio de sí misma, pero adornada con aquella espontaneidad y aquel gracejo tan amable; amiga de toda virtud, pero principalmente de la reina de todas ellas, la caridad, ejercitada en aquellos viejecitos y viejecitas que exigen la paciencia y la benignidad de que habla el Apóstol.”

  Día fasto hoy en la Iglesia católica. Hasta aquí nos llega el eco jubiloso de las campanas de San Pedro de Roma, que tocan a gloria de Santa Teresa de Jesús Jornet, mujer española, alma gigante, milagro permanente del amor de Dios. Su vida y su obra nos interpelan. 

27 de enero de 1974

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