lunes, 25 de mayo de 2015

Gentes de mi tiempo y de mi tierra. Gandhi-King-Camara


 GENTES DE MI TIEMPO Y DE MI TIERRA

GANDHI-KING-CAMARA


  El día 30 del pasado mes de enero se cumplía el XXV aniversario del asesinato de Gandhi. Hoy, cuatro de abril, hace cinco años que, también bajo el fuego del odio, moría Martin Luther King.

  El sacrificio de estos dos hombres que cayeron en el combate que habían emprendido por la libertad y dignidad de su pueblo no puede dejarnos indiferentes: su vida, su muerte y su recuerdo interpelan nuestra conciencia y provocan nuestra reflexión.

  Los dos lucharon por la justicia, sin armas en la mano y sin rencor en el corazón. Las fuentes donde bebían, hasta saciarse, el generoso impulso de su acción pacificadora no estaban contaminadas ni por la venganza ni por la muerte. Gandhi tomó la inspiración para la no violencia de Buda, de León Tolstoi y, sobre todo de Jesucristo, que a través del sermón de la Montaña, influyó notablemente en su mensaje y en su vida. King halló toda su fuerza para la lucha no violenta en la meditación del evangelio. El batallar de ambos, pacífico pero jamás resignado, merece un profundo respeto y ha logrado que no haya muerto del todo en nosotros la esperanza.

  Muchos cristianos de hoy admiran el coraje de estos dos hombres excepcionalmente buenos. Muchos otros cristianos siguen, en la paciencia y en el dolor, el camino que ellos trazaron: trabajan, se baten y sufren por dar derecho de ciudadanía a los métodos de acción no violenta en una sociedad dominada tantas veces por el solo triunfo de las armas.

  Tras la muerte de Gandhi y Luther King, una nueva figura emerge en nuestro tiempo como continuador de tan nobles ideales:monseñor Helder Cámara, con su infatigable defensa de los oprimidos de este mundo y con su lucha pacífica por los desheredados de todo, es un símbolo y un testimonio clamoroso del combate que viven otros muchos en el silencio de cada día.

  Es urgente que nos sintamos interpelados por el dinamismo del amor que mantuvo el esfuerzo de los dos hombres muertos y alienta la batalla del obispo aún vivo. A ellos y a cuantos les siguen se refirió en primer lugar Cristo cuando dijo: “Bienaventurados los mansos de corazón, porque ellos poseerán la tierra”.

  Buena ocasión este 4 de abril para recordarlo con esperanza.
                                                                                                                         4 de abril de 1973

No hay comentarios:

Publicar un comentario